jueves, 8 de diciembre de 2016

Un día en Valencia

La ciudad de Valencia, ha conocido en los últimos tiempos una increíble renovación arquitectónica de la mano de Calatrava, Foster, Chipperfield y compañía, aunque el corazón de la ciudad, sigue siendo muy medieval. De ahí que, lo razonable es iniciar visitando el centro gótico, donde se forjó su poderío. Esta guía de valencia, te ayuda a planificar tu visita a la ciudad en tan sólo un día, sin perderte ninguno de los maravillosos lugares con los que cuenta.

Empieza el día con un buen desayuno: Horchata y Santísimo Grial

La plaza del Mercado es buen sitio para desayunar horchata y comenzar a tomarle el pulso al corazón histórico de una ciudad que en el siglo XV marcó el ritmo del comercio, la cultura y la política del Mediterráneo. Si bien engloba 6 distritos, el más atractivo y palpitante, el del Carmen, ha acabado dando nombre a toda la zona. La plaza aparece dominada por el Mercado Central. Los arquitectos Francisco Guarda y Alejandro Soler levantaron entre mil novecientos catorce y mil novecientos veintiocho esta magnífica obra modernista.



Pedaleando por el Turia.

El 14 de octubre de 1957, se generó la última gran riada del Túria en Valencia, que ocasionó ochenta y uno fallecidos y la resolución de desviar sus aguas por el sur de la urbe para eludir nuevas inundaciones. Deshidratado y ajardinado, aquel cauce terminaría transformándose en el mayor parque urbano de España, con más de once kilómetros de longitud. 2 de los reclamos turísticos de la capital, la Urbe de las Artes y las Ciencias y el parque zoológico de nueva generación Bioparc se asientan sobre el viejo lecho del Túria. Y edificios tan simbólicos de la Valencia moderna como el Palau de la Música y el IVAM contemplan este río de verdor salpicado de fuentes y paseos arbolados.

A comer y de tiendas

Para comer de mucho lujo, sin separarnos del centro, la opción mejor es La Sucursal, donde se realizan platos contemporáneos, en consonancia con el museo en el cómo se halla, el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Otros 2 establecimientos en el centro de calidad notable son el gastrobar Vuelve Carolina y el restaurante La Embajada. Ya en el Ensanche, las referencias gastronómicas son el Riff y el moderno restaurante de Ricard Camarena.


El café, mejor que en el restaurante es tomarlo reposadamente en el Café de las Horas, gozando de su deliciosa decoración a lo Visconti. O bien hacerlo bajo las acacias que sorprenden una farmacia decimonónica en la calle Cavallers, cincuenta y uno, transformada en el Café Sant Jaume.


Mirar al mar.


Podemos comer en el restaurante el Submarino, bajo las aguas del Oceanográfico, con miles y miles de peces pasando por las ventanas. Tampoco se tarda ni cinco minutos en llegar al restaurante el  Vertical, que está en la novena planta del hotel Confortel y, aparte de platos y vinos novedosos, ofrece unas vistas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que son bastante difíciles de olvidar.

Otra opción alternativa para comer son los restaurantes de la primera línea de la playa de las Arenas, establecimientos expertos en arroces y mariscos, alguno con más de 100 años de antigüedad, siendo el más conocido es La Pepica.






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